Origen de las naranjas de Sevilla
Y aunque la historia de las naranjas de Sevilla es muy anterior, su fama mundial comienza, sobre todo, durante el siglo XVIII que es cuando comienza la exportación de este cítrico hacia Gran Bretaña para la realización de mermeladas. En principio, la finalidad de esta mermelada era la de evitar que los marinos ingleses -que tenían que permanecer mucho tiempo en alta mar- se vieran afectados por el escorbuto, causado por la falta de vitamina C. Llevar en las bodegas de los barcos una buena cantidad de mermelada de naranja de Sevilla les aseguraba el suplemento necesario de esta vitamina sin que tuvieran el problema de conservación de las naranjas frescas.
La leyenda, asegura que el origen de las naranjas de Sevilla se encuentra en la mitología Griega: Hércules, fundador mitológico de la ciudad, a la vuelta del jardín de las Hespérides, se trajo consigo las “manzanas doradas” de dicho jardín, es decir, las naranjas. Pero leyendas aparte, la realidad es que su origen tiene lugar gracias a mercaderes genoveses que trajeron este cítrico desde el Extremo Oriente. Otras teorías afirman, por contra, que su introducción se dio durante el Imperio romano que la trajeron desde la India.
Sin embargo, lo que sí está claro es que la gran expansión del cultivo de las naranjas de Sevilla se da durante el período árabe de Al-Andalus. Durante esa época, las naranjas y sus flores se utilizaban en la fabricación de aceites curativos, pero también de perfumes y esencias. Además, fue un árbol profusamente utilizado de forma ornamental, tanto en calles y lugares públicos como en los patios privados.
En la actualidad, sólo en la capital se pueden contabilizar hasta 40.000 árboles de esta especie. No en vano, y tal y como hemos afirmado al principio, Sevilla es la ciudad con más naranjos del mundo.
Las “otras” naranjas de Sevilla
Todo lo dicho hasta ahora se refería a una determinada especie: la naranja amarga -citrus x aurantium-. Las naranjas de Sevilla son una variedad de naranja amarga especialmente indicada para la fabricación de mermeladas por su alto contenido en pectinas. Pero no es apta para consumirse directamente, ya que su sabor es amargo.
Sin embargo, existen otras naranjas de Sevilla que son dulces y que representan un auténtico manjar al paladar. Sevilla, y la vega del Guadalquivir tienen todos los requisitos necesarios para ser un paraíso de los cítricos. La calidad del suelo, el agua, las condiciones climatológicas, etc., hacen de Sevilla un lugar único para el cultivo de la naranja.
¿Qué opinan los clientes de nuestras naranjas de Sevilla?:
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Y es por eso que la fama de las naranjas de Sevilla ya no se circunscribe a la variedad amarga, sino que ya se aprecia en todo el mundo la calidad y el exquisito sabor de sus naranjas de mesa y naranjas de zumo. Maduradas en el árbol y recogidas en su punto óptimo, dulces, jugosas, sin abonos, pesticidas ni conservantes: sólo es sabor auténtico de las naranjas de siempre.
Por eso, las naranjas de Sevilla de Frutas Masol, cultivadas en la Vega del Guadalquivir son tan apreciadas en toda Europa, especialmente en países como Alemania, Bélgica u Holanda. Y todo, se debe al especial cuidado que en Frutas Masol se pone a la hora de cultivar sus naranjas; usando sólo métodos tradicionales, dejando que la fruta madure en su tiempo, sin acelerarlo artificialmente; sin usar pesticidas ni abonos químicos… Sólo naranjas de Sevilla.